
Quiero mi petite robe noir en los pies», afirma el diseñador Pablo Ramirez de su nueva creación: una línea de zapatos y carteras cuya imagen reserva para en un par de meses, mas que promete no desentonar con su estilo, sobre todo, con su color fetiche. Una propuesta que desarrolla junto a la diseñadora Lorena Pafundi, y otra de carteras junto con Gustavo Roselli. «La idea de los accesorios Ramírez es que sean como nuestros vestiditos negros, objetos tradicionales sin fecha de vencimiento», apunta. Y resalta una vuelta de los zapatos y carteras «eternos, esos que no pasan de moda, por el hecho de que hoy salís a buscar unos zapatos tradicionales y no encontrás».
Zapatos firmados por Ramírez Zapatos firmados por Ramírez
Claro, en sus explicaciones y concluyentes en sus creencias, Pablo Ramírez prosigue vigente aún sin subirse a las pasarelas. Con un pie entre las bambalinas del teatro para el que no para de efectuar vestuarios de obras que se resaltan en la cartelera, como Nada del amor me produce envidia y Divino Amore, dejó la casa de sus amores en San Telmo para instalarse en Recoleta con un atelier que, alén de su estética depurada en un espacio diferente, le permite independizarse de la tienda y dedicarse a lo que sabe: diseñar y recrear una sastrería siempre y en todo momento cuidada que es un sello.
Dice que hoy la moda queda en segundo plano y la autenticidad se vuelve un bien escaso, con relación a la puesta en pasarela de una compilación. «Está todo tan procesado que no le encuentro interés. No hay un estilo, son compilaciones de estilistas más que de autores o diseñadores. Es tal y como si alguien tomara de referencia el vintage y armase diferentes looks en los que no se ve un estilo. Uno de los últimos creadores de estilo fue Azzedine Alaïa, que murió hace unos meses. Uno de los pocos originales que sigue demostrándolo es Martin Margiela, y lo que está haciendo John Galliano en Maison Margiela es muy Galliano por el hecho de que es un creador; asimismo está Jacques Emus, que se puede identificar como el autor de una nueva generación. Después me parece todo muy desilusionante, hay mucho dinero invertido en puestas, el día de hoy la colección es lo de menos».
No obstante, promete que su vuelta a las pasarelas será para la segunda mitad del año. «Prosigo pensando al desfile de manera tradicional, para el espectador que se sienta a verlo en el sitio y eso me demanda muchísima energía. Creo que ahora en los desfiles de tendencia, por norma general, se está muy pendiente de la manera en que será registrado y no tanto en quien lo presencia. Las modelos hacen diferentes recorridos, es como un circo de tres pistas, si te tocó en un sitio ves una cosa y si te tocó en otro, otra.
«Me da la sensación de que esa tensión entre lo presencial y visual todavía no está resuelta. El día de hoy se habla más de la puesta en escena, de la locación, de quiénes fueron las invitadas, de con quién se sentaron y de de qué manera fue reproducido, pero no de lo que se vio, de la propuesta de diseño que es lo más importante. Nadie habla de la ropa. Otra cuestión atractiva es que en el saludo final nadie aplaude pues están todos con el celular sacando fotos o bien grabando. El aplauso final ya no existe. Uno no está para el aplauso, pero la indiferencia y el estar pendiente de lo accesorio incomoda y hasta desalienta».
De todos modos da detalles de su propuesta para este invierno. claves de invierno. «Esta temporada es anatómica. Definí las líneas del cuerpo por cortes, entalles y pinzas que lo siguen y destacan. La textura clave es la lana pura con espándex que está en vestidos, pantalones, camisas y chaquetas; además sumé algodón cien por cien , urdidos en viscosa y seda natural. Singular para una mujer fuerte, opté por presentarla con una campaña que muestra una imagen épica, romántica, de una heroína, una especie de guerrera tipo Juana de Arco enfundada en una armadura moderna que sale a la vida bien plantada». Para ella, renueva su línea de denim y T-shirts ilustradas por él.